Que yo sueñe con comidas y cocina no es un secreto para nadie. Como otras veces, con el arroz con leche fue levantarme un día recordando el que preparaba mi abuela, y pensar “lo mismo yo puedo intentarlo a ver qué tal”.

A pesar de que hacer arroz no es uno de mis fuertes, y que además nunca vi a mi abuela prepararlo porque lo llevaba listo a casa, me puse a estudiar recetas de uno y otro sitio. Más allá de ser un postre de toda la vida, con leche, arroz y azúcar, tuve que decidir cuál sería la menos complicada para mí.

Luego vino el “¿y si cambio el azúcar por papelón?”, y el “¿y si paso de la cáscara de limón y utilizó otras especias?”, y el “¿cómo quedaría con leche condensada?”, y así podría haber seguido hasta el fin de los días. También, como siempre, intenté darle una vuelta de tuerca a la tradicionalísima receta de la abuela, buscando un elemento distintivo y de sorpresa que produjera “casi un ratatouille”, pero trayéndote de vuelta a este mundo. 😉

Después de no pocos intentos, la preparación que adopté es la del arroz con leche del Libro Rojo de Armando Scanonne (una de mis Biblias en la cocina), y me puse a variar ingredientes y a repartir mis intentos de arroz con leche entre mis amigos. Después de lograr una aprobación casi unánime, ha llegado la hora de compartirlo (aunque reconozco que sigo variando y agregando especias, sabores y locuras).

Sólo necesitamos mantener las proporciones independientemente del tamaño de la taza que utilicemos para medir. Es decir, medimos el arroz y todos los líquidos con el mismo vaso o taza y así nos aseguramos de no pasarnos.

Mis ingredientes:

  • 1 taza de arroz.
  • 2 tazas de agua.
  • 2 tazas de leche condensada.
  • 4 tazas de leche.
  • 1 rama de canela.
  • 1 cda. de vainilla.
  • 3 semillas de cardamomo.
  • 2-3 clavos de olor.
  • ¼ cdta. de cúrcuma.
  • Anís estrellado (una flor).

Preparación:

  1. En una olla mediana cocemos el arroz a fuego alto con las dos tazas de agua hasta que se seque el agua.
  2. Bajamos el fuego y agregamos las dos tazas de leche condensada y las cuatro tazas de leche removiendo bien para mezclarlo.
  3. Luego añadimos la canela, vainilla, cúrcuma, cardamomo, anís y clavos y cocinamos a fuego medio removiendo de vez en cuando para evitar que el arroz se pegue.
  4. Dejamos al fuego (sin descuidar ni dejar de remover) hasta que el líquido se reduzca a la mitad y espese, puede llevarse alrededor de hora y media o poco más o menos. La textura final será similar a la de un risotto o arroz caldoso.
  5. Pasamos el arroz a un bol de cristal (preferiblemente, pero puede ser plástico) y dejamos enfriar antes de servir, mejor si es de un día para otro.

Rendirá para unas 8-10 raciones, y podemos conservarlo tapado en la nevera por varios días. Podemos servirlo con un poco de canela o cacao en polvo por encima, el toque de las especias es increíblemente bueno, y con leche condensada queda mucho más cremoso.

Yo tengo cuidado de hacer sólo lo que vamos a consumir y así no tengo la tentación de querer un poco de arroz con leche cada vez que abro la nevera, aunque mis amigos son felices cuando hay sobras de algo rico en casa.

De momento, ya tenemos cubierto nuestro antojo dulcero de fin de semana, y sí, el de algunos amigos también. 🙂

¡Feliz viernes!

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