Hoy no hay grandes fotos, ni recetas demasiado producidas, pero lo que sí hay es cariño del bueno.

Hace unas semanitas tuve a mi hermana Karen de visita, y el risotto de setas que le hice uno de esos días de turisteo y corre corre debí publicarlo en su cumple el viernes pasado, pero mi no-me-queda-tiempo habitual no me dejó llegar a escribir sino hasta hoy. 🙁

He tenido unas semanas bastante movidas últimamente, y tiempo para mi (que no quiere decir tiempo libre) parece que tuviese cada vez menos, ¡es agotador!.

Pero volviendo a mi hermana y a su visita, recuerdo que desde muchos días antes de llegar me amenazaba con que tenía que cocinarle algo, que luego cuando iba a verla con la excusa de que estaba de vacaciones nunca le preparaba nada, jajaja.

Así que uno de esos días en los que tanto museo, paseo y turisteo nos dejaron hueco, me marqué un risotto de setas para homenajear a mi visitante cumpleañera. Y yo que soy un desastre para los arroces, tuve suerte de más ese día.

Y como todo lo bueno se comparte, les cuento…

Mis ingredientes improvisados:

  • 1 taza grande (tipo mug) de arroz arboreo.
  • 1 tallo de puerro cortado en rodajas muy finas,
  • 2 dientes de ajo cortados en láminas muy finas,
  • 2 puñados de setas deshidratadas.
  • 3 o 4 tazas de caldo de verduras.
  • 2 cucharadas grandes de mantequilla.
  • 100 grs. de parmesano reggiano laminado o rallado.

Preparación

  • Salteamos el puerro y el ajo en una olla grande (de paredes bajas si es posible) con un chorrito de aceite de oliva, a fuego medio hasta que doren, sin dejar que se quemen.
  • Calentamos a fuego medio las tres tazas de caldo en una olla aparte, lo dejamos después a fuego bajo para que se mantenga caliente, sin apagarlo.
  • Agregamos el arroz y las setas a nuestro sofrito y removemos bien para mezclarlo todo.

IMPORTANTE: Al momento de agregar el arroz subir el fuego a medio alto y poner un contador o cronómetro a 25 minutos (yo tengo un reloj de cocina, y es súper útil), así mientras vamos agregando el caldo evitamos que el arroz se pase. Ah! Y el caldo siempre se debe agregar caliente.

  • Agregamos media taza de caldo mientras removemos con una paleta de madera, para que el arroz vaya soltando el almidón y absorbiendo el caldo.
  • Pasados unos minutos y una vez que el arroz haya absorbido el caldo, agregamos media taza más de caldo caliente, mientras seguimos removiendo.
  • Seguimos agregando caldo de media taza en media taza, y una vez haya absorbido el líquido anterior agregamos más.
  • 5 minutos antes de terminar la cocción, agregamos la mantequilla y el queso, mientras removemos para mezclar. Si vemos que el arroz se seca mucho, agregamos otro poco del caldo.
  • Al final de nuestros 25 minutos (poco menos o más), deberíamos haber agregado unas tres tazas de caldo (de a poquitos) y tener el arroz justo al dente, brillante y un poco caldoso pero no seco o con demasiado líquido.
  • Se sirve de inmediato, adornado con algo más de queso parmesano rallado o en virutas y perejil picado. Y queda ¡de morirse!

MI Karen seguro que todavía recuerda su risotto como buenísimo y memorable, porque entre tanto paseo fue lo único que le cociné, jajaja.

Por lo pronto, sigo en casa recordando mi risotto mientras recuerdo la visita de mi Karen y pienso que debería repetirse más seguido, te quiero ´sista´ gracias por una visita inolvidable.

Prometo dejarme ver más seguido por aquí 🙂 Besos y abrazos, a los que están cerca y lejos.

¡Feliz jueves!

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