El Virreinato de la Nueva España fue creado tras la conquista española de los pueblos indígenas que ocupaban Mesoamérica y parte de Norteamérica. Tenía como capital la actual Ciudad de México, y llegó a extenderse hasta ocupar territorios en Asia y Oceanía.
Sus principales actividades fueron, además de la minería y la agricultura, la ganadería (introducida por los españoles) y el comercio, con México como epicentro de la actividad comercial del virreinato.
El Galeón de Manila, también llamado Nao de China, partía con mercancías y alimentos desde Filipinas, que llegaban a México por el Océano Pacífico y se transportaban por tierra hasta el Atlántico, desde donde continuaban el viaje por mar hasta llegar a España.
Este movimiento comercial recaló también en una cocina que creció como centro de una nueva cultura.
Se creó el ritual de las compras en lo que hoy sería un Mercado de Abastos, y las influencias indígenas, europeas, africanas, asiáticas y árabes que pasaban por México crearon platillos que fueron mezclando, a la vez que borrando, las fronteras de procedencia de esos alimentos que se sentaban a la mesa, y ayudaron a potenciar la riqueza culinaria de la gastronomía mexicana hasta convertirla en Patrimonio Inmaterial de la UNESCO.
La Mesa Novohispana es una mesa viajera, donde convivían sabores del nuevo y el viejo mundo, y donde también se mezclaron costumbres y técnicas de cocina de uno y otro lado. Influenció no sólo nuestra comida, sino también la manera en la que concebimos el acto de alimentarnos y el ritual de sentarnos a la mesa para hacerlo.
En el marco del Quinto Centenario del Encuentro de Dos Culturas, y como parte de su programa México Novohispano, la Casa de México en España presenta la instalación La Mesa Novohispana, recreando el recinto de una cocina virreinal de la Nueva Hispania, donde destaca la diversidad enorme de utensilios, platillos e ingredientes, que convivían con técnicas y alimentos de uno y otro sitio.
La exposición nos presenta el viaje que hacían estos alimentos por el mundo, y nos atrapa a través de esta experiencia inmersiva dentro del colorido y grandeza de las cocinas virreinales o conventuales de la época, donde vemos un fogón rodeado de ollas, cazuelas, comales de barro, metates, molcajetes, petates, entre otros utensilios tradicionales que hoy en día se siguen usando en las cocinas mexicanas.
Destacan los ingredientes prehispánicos como maíces, frijoles, aguacates, tomates, vainilla, cacao y los aún entonces foráneos como arroz, azúcar, cebolla, pollo, cerdo, trigo y vino, entre muchos más.
Casa de México en España nos invita a todos desde esta semana, y hasta el 21 de abril, a disfrutar y redescubrir los detalles que a través de la gastronomía se presentan en esta exposición como parte del amplio programa cultural que Casa de México dedica a la Nueva España, incluyendo la exposición Biombos y Castas, Pintura Profana en la Nueva España, así como actividades escénicas, literarias y una variada gama de actividades educativas y gastronómicas que se llevan a cabo de forma presencial y virtual.
Todas las actividades que ofrece la Casa de México en España las podéis consultar en su agenda y sus redes sociales, o a través de su newsletter, al cual podéis suscribiros para recibirlas en vuestro correo.
Gracias mil al equipo de Comunicación de la Casa de México por la invitación a disfrutar de La Mesa Novohispana, y por las fotografías que ilustran este post.
La Mesa Novohispana está abierta al público de manera gratuita, y para los gastrofreaks como yo ofrecen visitas guiadas que contribuyen a que la experiencia sea inolvidable. Las pueden reservar en este link.
¡Id a visitarla, la amaréis tanto como yo!
¡Feliz día!