Desde que tengo uso de razón, mi papá se encargaba en casa de preparar la comida de nuestros cumpleaños, y sólo teníamos que decir si queríamos: paella, tacos, pasticho, pasta, pizza, o comida árabe y mucho, pero mucho falafel.

Luego venía el pasarse el día en la cocina poniéndolo todo a punto, y ver llegar a algunos amigos a cenar diciendo “llevo todo el día sin comer porque sabía que venía a tu casa”, y es que todo estaba siempre con un puntazo de sabor y cariño que nadie podía superar.

Con la llegada de los nietos algunas costumbres han evolucionado, y el mando en la cocina cumpleañera ha pasado a mis hermanas, siempre con #PapáFreddy echando una mano cuando haga falta. Con los años las recetas han evolucionado también, y se han ido cambiando y probando nuevas incorporaciones a esos atesorados platos familiares.

En una de las conversaciones cocinísticas con mi casa, que sigue siendo mi casa aunque esté en otro continente, les pedí la receta del falafel y me contaron que a veces los hacían de lentejas porque, además de quedar ricos, la lenteja es una legumbre mucho más fácil de trabajar para estos menesteres.

Mi primer intento fue el tradicional falafel de garbanzos, y no puedo decir que haya quedado feliz con el resultado. Tuve que remojar los garbanzos dos días y luego picarlos con el resto de los ingredientes. Mientras le quitaba la piel a cada garbancito me podía ver en Netflix una temporada de una serie.

Mi siguiente intento fue con lentejas, tal como sugirió mi Karo, y quedé tan feliz que creo que podría repetirlos todas las semanas. El sabor también es potente y súper contundente si no nos ponemos egoístas con las especias al mezclar, y la masa es mucho más fácil de trabajar.

¿Probamos a hacer falafel de lentejas? Pues vamos.

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Ingredientes:

  • 200 grs. de lentejas.
  • ½ cebolla grande.
  • 1 diente de ajo grande.
  • 1 cdta. peq. de sal.
  • Perejil A TOPE, tanto como quieras, yo para esta cantidad de lentejas use casi 1 taza de perejil picado.
  • Pizca de comino, una ½ cdta.
  • Pimienta al gusto.

Preparación:

  1. Remojamos las lentejas en agua que las cubra unas 2 ó 3 horas.
  2. Las escurrimos, agregamos perejil picado, el ajo pelado y la cebolla cortada en brunoise. Añadimos también la sal, el comino y la pimienta.
  3. Mezclamos con la minipimer o procesador 2 ó 3 minutos hasta tener una masa granulada pero consistente, con la que podamos formar tortitas o bolas sin que se deshagan. Si está muy seca podemos agregar un chorrito de aceite y batimos un minuto más. No será una masa seca ni muy dura, la consistencia debe ser un poco floja y húmeda para que al cocinarlos no queden demasiado secos.
  4. Dejamos reposar la masa un par de horas en la nevera, yo la dejé de un día para otro.
  5. Al armar los falafeles, sólo tenemos que coger porciones de masa y darle forma redondeada mientras los aplastamos un poco con las manos, como si estuviésemos haciendo mini arepas.
  6. Para cocinarlos tenemos dos opciones: bien sea freírlos en aceite muy caliente hasta que doren, o hacerlos a la plancha lado y lado hasta dorar. Yo prefiero la plancha.

Se sirven de inmediato, solos o acompañados con salsa de yogurt. Yo los suelo poner con una salsa sencillísima en la que mezclo un yogurt griego natural, eneldo seco, pizca de sal y aceite de oliva, y cuando la veo muy espesa un chorrito de agua.

Podemos conservar la masa en la nevera y hacer sólo los que vayamos a comer, o también hacerlos todos y luego calentarlos en el microondas antes de servirlos.

Si mi hermana Karo ha logrado que los morochos coman falafel de lentejas y sean felices, y yo he logrado que en casa hayan triunfado aunque a mi chico nunca le hayan gustado las lentejas, cualquiera de ustedes puede lograr lo que se proponga Y MÁS dándole de comer al mundo falafel de lentejas.

¿Lo intentamos? Seguro que funciona. 🙂

Feliz fin de semana y buen comienzo de la Fase 1 a mis madrileñ@s queridos.

Un abrazo,

K@

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