Las Mandocas son amor puro. Maravillosas rosquillas fritas de plátano y queso, no conozco a nadie que las haya probado y no haya quedado prendado.
Es uno de esos platos simples, ricos y nostálgicos que me recuerdan siempre a casa. Era la merienda perfecta cuando estaba pequeña, típicamente venezolana y con esa mezcla del dulce del plátano y el salado del queso fresco que me pierde.
Son originarias del Estado Zulia en el Occidente de Venezuela y aunque el plátano sea de origen asiático, las Mandocas las hemos comido “desde siempre” pero no ha sido fácil establecer cuando ese siempre comenzó.
Para mi, comenzó en mi casa y me recuerdan esas cenas de todos los días con mis padres y el cariño que nos enseñaron a tenerle a la cocina.
¿Qué llevan? Pues les cuento:
- 2 plátanos machos maduros.
- 2 tazas de harina de maíz precocida, la que solemos utilizar para las arepas.
- 200 grs papelón rallado, o azúcar morena de caña.
- 200 grs queso blanco fresco y salado, podemos utilizar queso feta.
- 2 tazas de agua.
- Una rama de canela.
- 3 clavos de olor.
- Aceite para freír.
Preparación:
- Cortamos los plátanos en tres o cuatro trozos eliminando los extremos, y los llevamos a cocer a fuego medio en agua con la rama de canela y los clavos.
- Sabremos que están listos cuando se ablandan y al pincharlos con un palillo éste los traspasa fácilmente. Los retiramos del fuego, los pelamos y hacemos puré aplastándolos con un tenedor.
- Vamos agregando el agua poco a poco, nos ayudará también a terminar de deshacer los plátanos. Poco a poco vamos agregando la harina de maíz y amasamos con las manos para unir.
- Echamos el papelón picado y el queso rallado, amasamos bien para integrarlo todo y dejamos reposar unos diez minutos.
- Calentamos aceite a fuego medio – alto (si tenemos una freidora hasta que alcance los 180º).
- Extendemos la masa haciendo tiras de unos 10 centímetros de largo y un dedo de grosor, las unimos por las puntas como si fuese un churro y las freímos en abundante aceite hasta dorar (más o menos cinco minutos).
- Se pueden servir con más queso picado, miel o melaza de caña, o también con crema agria o nata acidificada, les da un muy buen contraste de sabor.
Podemos hornearlas también pero no quedan igual de crujientes y el sabor no será igual, ya hice la prueba. 🙂 Tendremos unas 50 – 60 rosquillas con esta cantidad de masa y no se crean que es demasiado, porque son realmente adictivas y se terminan en nada de lo ricas que están.

Tips:
- Los plátanos los podemos conseguir en los Mercados o Fruterías donde haya productos latinos, no nos vale comprarlos verdes porque no se maduran igual. Busquemos plátanos maduros de piel entre amarilla y oscura, mientras más negra la piel más dulces estarán.
- La harina de maíz para arepas se consigue casi en cualquier supermercado en España, yo suelo comprar la marca P.A.N.
- El papelón o panela lo compro en los Mercados pero en los Carrefour grandes suele haber productos latinos y siempre tienen papelón, si no lo consiguen se puede utilizar azúcar morena.
- El queso salado lo compro en el Mercado Maravillas (Madrid), igualmente la nata. Se puede utilizar queso feta porque el sabor es bastante parecido y nata acidificada o crema agria, o acompañar las Mandocas con miel o mermelada que también será una buenísima opción.
Lo mismo celebrar San Valentín con tamaño y contundente desayuno se sale de la norma de súper postres – corazones – cenas increíbles que se verán por todos los sitios, blogs y redes hoy.
Para mi hoy es un día para repartir cariño y para consentirse, y mejor si es desde la sencillez y el sabor bonito y nostálgico de las Mandocas como homenaje a los nuestros. Dejemos los dramas y las complicaciones cocinísticas para otro día, jajajaja. 😉
Abracen mucho, quiéranse más, todos los días.
¡Feliz Día de San Valentín!
