La semana pasada tuve no pocos accidentes en la cocina, con lo que se quedaron algunos platos en el tintero porque harán falta más y más ensayos en su preparación.

Entre tantos intentos y probar recetas nuevas, caí en cuenta que tenía en casa unas peras ya muy maduras con las que tocaría inventarse algo sí o sí para no perderlas, porque aquí lo de tirar comida ¡nunca!.

Así que tocó cocina de aprovechamiento, revisar la nevera y la despensa a ver que podía ir bien con las peras y repasar mentalmente algún plato con peras que hubiese probado y que podía replicar. Siempre me ha gustado la mezcla de frutas con queso fresco y en especial con peras o manzanas, así que se me ocurrió que lo que tenía valdría para rellenar un hojaldre o hacer empanadillas o tostas para desayunar o merendar.

Me decidí por el hojaldre, y nuestros ingredientes en plan exprés fueron:

  • 4 o 5 peras maduras, peladas y cortadas en trozos pequeños
  • 50 grs de nueces picadas (un buen puñado)
  • 100 – 150 grs de queso fresco desmenuzado
  • Una pizca de canela
  • 1 rollo de masa de hojaldre
  • Un huevo batido para pintar

Y nuestra preparación:

  1. Mezclamos las peras peladas y picadas con el resto de los ingredientes.
  2. Extendemos la masa de hojaldre y rellenamos con la mezcla, cuidando de no pasarnos de relleno y dejando unos dos cms en los bordes.
  3. Pintamos los bordes con huevo batido y enrollamos, presionando bien los extremos y cuidando que no se salga el relleno.
  4. Colocamos en una bandeja con papel de hornear, pintamos con huevo batido y -opcional- adornamos con trozos de hojaldre, nueces o piñones.
  5. Pinchamos el hojaldre con un palillo unas pocas veces para que salga el aire durante el horneado y evitar que se rompa.
  6. Horneamos (en el horno pre calentado) a 160º durante 30 0 40 minutos, hasta que esté dorado.

Mi hojaldre ha sido un éxito, y se ha conservado perfectamente bien tapado fuera de la nevera. Si lo preferimos caliente para comer, podemos calentar un poco el trozo en el horno para que quede más crujiente y servimos con un poco de miel y una buena taza de té. También se puede comer frío y está igual de rico.

Yo sigo con el invierno, ya superando los accidentes cocinísticos de la semana pasada y experimentando en la cocina a ver que nos sale, traeremos sorpresas, jajaja.

 

¡Feliz lunes!

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