Café, cacao, mascarpone, huevos y azúcar, no más. Ese postre que como decían en “El Hijo de la Novia” (amo a Darín, si) no se hace con queso crema, porque sería “una reverenda cagada”.

La película es maravillosa, y aunque no conseguí la famosa escena del Tiramisú, les recuerdo una de sus escenas más bonitas:

El Tiramisú siempre me ha gustado muchísimo y era uno de mis grandes pendientes. A veces tengo los ingredientes dando vueltas por casa y lo veo como algo relativamente sencillo de hacer, pero no me había atrevido hasta ahora. Quizás porque este verano ha tenido esos ratos de calor tan intensos, que en casa cada vez tenemos menos ganas de encender el horno para hacer nada.

Leyendo sobre el origen de este postre, además de darme cuenta que no es tan antiguo como mucha gente piensa, dí con una historia muy curiosa. Su creación data de los años cincuenta y se atribuye a los burdeles de la región de Veneto en el norte de Italia.

En ese entonces los burdeles tenían cocinero y era quien le preparaba a los clientes este postre que “te tira su”, que significa levantarse o llevarte arriba…cualquiera que sea la interpretación que se le quiera dar, jajaja. De allí viene nuestro amado “Tiramisú” que “te – tira – su”

Confieso que hasta hace nada pensaba que llevaba nata entre sus ingredientes, pero al comentarlo con una me dijo que nooooooooo, que eran claras batidas a punto de nieve y aparte las yemas con el azúcar y el mascarpone. En el interín, bizcochos de soletilla (plantillas) remojados en buen café con un chorrito de amaretto o vino de marsala (vino dulce italiano).

Gracias Menita, por contribuir a mis antojos culinarios con buenas ideas 🙂 Seguimos con nuestra historia y les cuento…

Mis Ingredientes:

  • 500 grs de queso mascarpone.
  • 4 yemas de huevo.
  • 2 claras.
  • 100 grs. de azúcar.
  • 200-300 grs de bizcochos de soletilla o plantillas.
  • Un chorrito de licor (Amaretto, Ron o Vino de Marsala).
  • 250 – 300 ml de café colado y frío.
  • 100 grs. de chocolate negro.
  • Cacao en polvo para espolvorear.

Preparación:

  1. Picamos el chocolate en virutas para tenerlo a mano. Separamos las 4 yemas con el azúcar en un bol y en otro colocamos las dos claras, cuidando de no romper las yemas. Preparamos el café y lo dejamos enfriar en un bol (enfriará más rápido que en la cafetera).
  2. Luego lo primero será batir con un batidor de varillas las claras a punto de nieve, cuando ya formen picos las reservamos en la nevera. Aparte, en otro bol, batimos las yemas con el azúcar hasta que aclaren, veremos como el azúcar se ha disuelto y tenemos una crema espesa y homogénea de color amarillo claro.
  3. Vamos agregando el mascarpone sin dejar de batir, hasta incorporarlo todo a nuestra crema cuidando que no queden grumos.
    Dejamos de batir y con una paleta o espátula de goma, vamos incorporando la mezcla de claras a punto de nieve a nuestra crema de yemas y mascarpone. Se agrega un poco, se mezcla con movimientos envolventes y cuando veamos que se ha unido bien, agregamos otro poco de claras y seguimos, siempre mezclando con movimientos envolventes para no “bajar” la crema y mantener el aire y la esponjosidad que tiene la mezcla.
  4. Para armar nuestro Tiramisú, buscamos un molde rectangular y cubrimos la parte de abajo con una capa de bizcochos remojados en café con un chorrito de licor (opcional lo del licor, eh!).
  5. Extendemos sobre los bizcochos una capa de nuestra crema y espolvoreamos chocolate picado por encima. Seguimos con otra capa de bizcochos remojados en café y licor, o en café solo, hasta cubrir toda la capa de crema. Y otra capa de crema hasta cubrir bien los bizcochos. Cubrimos con chocolate picado si nos ha sobrado un poco.
  6. Tapamos y llevamos a la nevera por al menos 3 horas o de un día para otro, mientras más tiempo mejor.

Servimos frío y espolvoreando un poco de cacao en polvo por encima.

¡Y a comeeeeeeer!

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Me he dado cuenta que no me había atrevido con el tiramisú porque lo de montar claras a punto de nieve se me da ahí, ahí y me mata de los nervios. No es algo complicado, pero siempre le he tenido respeto.

Pero como todo en la vida, hay que atreverse. Luego cuando vemos que podemos y nos queda un postre mucho mejor de lo que imaginábamos, estamos que no cabemos de la contentura. 🙂

Así que aquí tenemos mucho y muy buen tiramisú pzra llevar a la Ofi, de finde, de tardes en casa, de picnic de fin de verano, de ratos frente a la tele con cualquier serie o peli, o de consentirnos un rato con una merienda rica y hecha en casa.

Aprovechemos que aún queda algo de esos días largos, sol, ratitos de piscina y terrazas, y salgamos a disfrutar del sol.

¡Feliz semana!

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