Guasacaca. Receta casera de toda la vida, Venezolanísima, la de mi padre, esa que alguna vez celebraron como “Please tell your father It´s the best sauce I´ve ever tasted” y me había negado a dar hasta el sol de hoy. Nunca la guarde por recelo ni ninguna otra razón más allá de las ganas de publicarla en mi blog ya cuando lo tuviese.

Y aquí estamos, develando el misterio y volviendo a las recetas en el blog con el clásico de los clásicos, la guasacaca que siempre hizo Papá en casa para las barbacoas (parrillas – asados) y que yo replico en Madrid hasta para servir con nachos en cualquier cumple.

Lo bueno es que se puede hacer en gran cantidad y nos puede durar mucho tiempo en la nevera, bien conservada en un tarro o botella de cristal. Cuando comienza el buen tiempo siempre me apunto a llevarla a cualquier barbacoa en casa de amigos, y así aprovecho y hago de más para que me quede una buena porción en casa.

En el caso de mi padre la receta no tiene cantidad específica de un ingrediente u otro, pero sí proporciones de: más aguacate que otra cosa, 4 partes de aceite por una de vinagre y así, pero se puede variar dependiendo del gusto de cada quien. No hay ingredientes extraños ni nada que no podamos conseguir en cualquier mercado o frutería, así que aquí vamos…

Con mis ingredientes de hoy:

  • 750 grs de aguacate maduro (pesados cuando los compramos, con la semilla).
  • 400 grs, unos dos tomates grandes para ensalada, mientras mas verdes mejor.
  • 200 grs, unas dos cebollas blancas medianas.
  • 100 grs de cilantro picado.
  • 100 grs de perejil picado.
  • 250 ml. de aceite de girasol.
  • 500 ml. de vinagre blanco.
  • 1 cucharada grande de sal.
  • ½ cuchara pequeña de comino molido.
  • Guindillas rojas al gusto (yo uso dos o tres), peperoncino o picante seco (media cucharada grande) si queremos que sea picante.

Preparación:

  1. En un vaso de licuadora o bol grande y hondo agregamos de primero la pulpa de aguacate.
  2. Luego los tomates picados en trozos pequeños, cebolla pelada y picada, cilantro y perejil lavado y picado (sin las raíces, pero si las ramas).
  3. Seguimos con el resto de los ingredientes: aceite, vinagre, sal y comino molido. Y el picante si lo queremos incluir.
  4. Batimos en la licuadora o con el minipimer hasta obtener una salsa cremosa y sin grumos ni tropezones, unos cinco minutos.
  5. Conservamos tapado en la nevera en un tarro o botella de cristal.

Truquillos:

  • Si sentimos que ha quedado muy espesa la salsa podemos aligerar con un chorrito de agua y volver a batir un minuto.
  • La pectina del aguacate hace que disminuya la intensidad del picante. Así que si decidimos añadir picante lo mejor es ir agregando poco a poco y probando hasta llegar al punto deseado.
  • Es conveniente dejar reposar la salsa en la nevera al menos una noche, y pasado el tiempo probarla de nuevo y confirmar si hace falta añadir más picante, sal o cualquiera de los ingredientes si nuestro gusto siente que falta.

Así que ya está, se me han terminado todos los secretos, jajaja. Lo bueno es que aún me queda guasacaca suficiente para otra barbacoa, carnes, nachos o hasta para picar con palitos de zanahoria y tallos de apio.

¡Espero que les guste!. Mientras yo sigo ya sin misterio ninguno en mi cocina, intentando recordar otros dos clásicos de salsas para barbacoa que les dejaré por aquí en los próximos días 😀

¡Felices días de casi verano!

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