La memoria gustativa es una cosa seria, porque cuando intentas replicar alguno de esos platos de familia TIENE que saber tal como lo recuerdas.

La sopa de cebolla de mis papás no tenía mayor complicación que caldo concentrado de carne, mucha cebolla y buen queso parmesano y pan para gratinar. De vez en cuando la intento replicar, y aunque el sabor no queda exactamente igual al de mis recuerdos ha ido variando hasta crecer y desmarcarse como propio.

En uno de mis tantísimos intentos recientes, mi amiga Alejandra salió al rescate con su receta desde los States hasta Madrid 🙂 Su receta es una variante de la publicada por Food Network en este link, y mi receta ha terminado nutriéndose de sus tips y mis recuerdos para convertirse en lo que hoy les cuento.

Mis Ingredientes:

  • 4 cebollas medianas (500 – 600 grs).
  • 1 diente de ajo entero.
  • 1 hoja de laurel.
  • 1 cda. grande de tomillo seco.
  • 2 cdas. de harina de trigo.
  • 50 grs. de mantequilla con sal.
  • 1 lt. de caldo de carne o de cocido.
  • ½ vaso de vino blanco (Opcional).
  • Para el gratinado: Queso gruyere y queso parmesano (o grana padano) a partes iguales, y trozos de pan.

Preparación:

  1. En una olla mediana calentamos un chorrito de aceite de oliva con la mantequilla a fuego medio hasta que se derrita.
  2. Agregamos la cebolla picada en julianas, el tomillo seco, el diente de ajo y rehogamos hasta que ablande bien la cebolla.
  3. Vamos añadiendo la harina poco a poco mientras seguimos removiendo, veremos que comienza a espesar un poco.
  4. Seguimos y agregamos el caldo, el laurel y el vino blanco, tapamos y cocinamos por una media hora a fuego medio removiendo de vez en cuando para que no se pegue. Probamos y corregimos de sal si es necesario.
  5. Rallamos unos 100 grs. de cada queso y los mezclamos, reservamos.
  6. Para gratinar: En cuencos (pueden ser de barro o cerámica) aptos para hornear, agregamos la sopa sin que llegue hasta el borde, unos dos tercios. Colocamos los trozos de pan con la corteza hacia abajo, y un par de puñados de queso rallado tapando el pan en cada cuenco. Digo un par de puñados por ser decente, que si es por mi le pongo todo el queso que tenga en el mundo a esta sopa, jajaja.
  7. Llevamos al horno a 220º (calor arriba) hasta que dore, unos diez minutos. Aunque el tiempo dependerá del horno y del gusto de cada quien, hay que tener cuidado de no pasarse de horno para que no se queme.

Un tip: Podemos agregar al caldo un trozo de queso curado que tengamos danzando en la nevera, o un trozo de hueso de jamón al que le apetezca compañía, llevarán nuestra sopa a otro nivel.

Da para cuatro porciones de felicidad 🙂

La Sopa de Cebolla para mi ilustra perfectamente esos Platos que son amor de los que siempre hablo, y es que me sabe tanto a casa y a familia que no quisiera sino estar con ellos ahora mismo compartiéndola. ¡Abrazos que vayan de aquí a Caracas!

Porque para mi cocinar es eso, compartir, querer, disfrutar y adorar a través del sabor. ¡Feliz Día!

Pin It on Pinterest